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Los 7 sabios de Grecia: Sensatez como irreverencia.

















LOS 7 SABIOS DE GRECIA:

"Sensatez como irreverencia"

Quilón de Esparta
Bías de Priene
Cleóbulo de Lindos
Periandro de Corinto
Pítaco de Mitilene
Solón de Atenas
Tales de Mileto



La tradición griega menciona a los Siete Sabios sensatos, filósofos, estadistas y legisladores que vivieron entre los años 620 y 550 antes de Cristo: Quilón de Esparta, Bías de Priene, Cleóbulo de Lindos, Periandro de Corinto, Pitaco de Mitilene, Solón de Atenas y Tales de Mileto. Todos se distinguieron por sus aforismos destinados a lograr un buen gobierno.

Quilón de Esparta


Quilón de Esparta fue un estadista espartano que vivió a principios del siglo VI a.C. y fue uno de los Siete Sabios de Grecia.

Ocupó el cargo de éforo y elaboró gran parte de la constitución atribuida a Licurgo. Asimismo, se le atribuye la militarización de la vida civil de Esparta y las primeras medidas para la educación castrense de la juventud. Quilón también introdujo la costumbre de que los éforos se uniesen a los reyes como sus consejeros.
Reprobó la tolerancia que Esparta estaba teniendo con las ciudades de Arcadia y reclamó una política fuerte.
Se sabe que compuso poesía con métrica elegíaca.
También escribió epigramas, estos son los más conocidos:
Conócete a ti mismo.

Cuando bebas habla poco: no te librarás de faltas.

No es conveniente que amenaces a hombres libres.

No hables mal de otro porque oirás lo que no te agradará.

Acude sin prisa a las fiestas de tus amigos, pero a socorrerlos de inmediato.

Celebra tu matrimonio con parsimonia.

No digas feliz a nadie antes de su muerte.

Respeta tus mayores.

Detesta a quien se ocupa de los asuntos agenos sin discreción.

Mejor es una pérdida que se sufre una vez, que una ganancia deshonesta a lamentar siempre.

No te burles de las desgracias.

Si eres fuerte mantente calmo: los demás de respetarán mucho más que si te temieran.Sabe cómo conducir tu propia casa.

Que tu lengua no se adelante a tu razón.

Modera la ira

Obedece a las leyes.

Si has padecido injusticia, reconcíliate con el ofensor, pero si fueras injuriado, véngate.

Dicen que Quilón murió de alegría en los brazos de su hijo, que acababa de ganar un premio en los Juegos Olímpicos.

Bías de Priene

Bías, filósofo del siglo VI adC. Es uno de los siete sabios



Sus conciudadanos le consultaban con frecuencia acerca de asuntos litigosos y siempre se negó a emplear su talento en provecho de la injusticia, decía preferir juzgar entre enemigos que entre amigos, porque en el primer caso estaba seguro de ganar a uno de aquellos, mientras que en el segundo perdía a uno de estos. También decía que debemos amar como si debiésemos aborrecer.
Uno de los ejemplos de su bondad es la leyenda que establece que él pagó un rescate por algunas mujeres que habían sido capturadas. Después de educarlas como sus propias hijas, él las envió de regreso a Messina, su patria, y la de sus padres.
En otra ocasión en que sus habitantes se disponían a abandonar la ciudad por el asedio al que los tenía sometidos el persa Ciro y se llevaban cuantos objetos de valor poseían, un ciudadano le preguntó a Bías si no hacía sus preparativos para la marcha. El sabio le contestó: «Todo lo llevo ya conmigo», dando a entender con ello que los bienes más preciados para él eran su sabiduría y el tesoro de sus pensamientos.

La mayoría de los hombres son deshonestos.

Mírate en un espejo: si eres hermoso actúa con honestidad; si te ves feo, corrije por medio de la honestidad de tu conducta la imperfección de la naturaleza.

Tómate tiempo antes de lanzarte en una empresa, pero cuando hayas comenzado el trabajo prosíguelo con energía.

Detesta la precipitación y la charlatanería: evitarás faltas porque no se tarda mucho en arrepentirse de estos defectos.

No seas ni tonto ni malvado.

No cometas imprudencias.

Ama la prudencia.

Respecto de los dioses, dí que son dioses.

Reflexiona en lo que haces.

Se un amable y complaciente oyente.

Habla con propósito.

Si eres pobre no reprendas a los ricos a no ser que tus reproches sean particularmente útiles.

Acércate a las gentes por la persuasión, no por la violencia..Cuando hagas algo bueno atribúyelo a los dioses, no a tí.

Si eres adolescente aplícate a los acción, si eres anciano a la sabiduría.

A tu trabajo aportarás memoria, a tu carácter nobleza, a tus esfuerzos moderación, a tus temores piedad; corregirás la riqueza por medio de la amistad; impondrás lealtad a tus palabras, discreción a tus silencios, equidad a tus juicios.

A tus emprendimientos osados aporta un coraje viril, a tus actos firmeza, a tus triunfos autoridad y a tu naturaleza nobleza

Cleóbulo de Lindos

Filósofo de la antigüedad, uno de los siete sabios de Grecia. Nació en la Isla de Rodas, de la que su padre era rey, y viajó mucho por Egipto. Vivió sobre el siglo V a.J.C.

Al morir su padre, volvió a su patria para gobernarla, muriendo cuando tenía setenta años. Se le atribuyen algunos poemas líricos y más de tres mil enigmas en verso. También se creen suyas una serie de máximas y una carta dirigida a Solón.
Algunas de sus máximas son:

La mesura es la mejor de todas las virtudes.

Hay que respetar al padre.

Ocupémonos de comportarnos bien en cuerpo y alma.

Hay que saber escuchar, pero no a todos indistintamente.

Conviene saber mucho y no ignorar.

Ten una lengua tolerante.

Detestar la injusticia es lo propio de la virtud y lo contrario de la maldad.

Sé piadoso.

Da a tus conciudadanos los mejores consejos.

Cuida tu lengua.

Nada hagas con violencia.

Educa a tus hijos.

Invoca a la Fortuna.

Pon un fin a tus odios.

Considera como enemigo público a cualquiera que odie al pueblo.

En presencia de nadie debes chicanear a tu mujer ni acariciarla: la primera actitud es la peor, pero la segunda puede llevar a una loca pasión.

No castigues a tus esclavos cuando estén ebrios: creerán que tú mismo estás ebrio

Cásate con una mujer de igual condición: si la tomas más rica tendrás amos en lugar de parientes.

No animes al burlón con tu sonrisa: te harás detestable a los burlados.

En las buenas no seas orgulloso, y en las malas no te humilles.

Periandro de Corinto



Periandro fue el segundo tirano de Corinto, en el siglo VII adC. Hijo del primer tirano Cípselo. Sucedió en el poder a su padre en el año 627 adC.

Desarrolló el puerto de Corinto, y construyó una rampa a través del istmo del mismo nombre, para que las naves pudieran ser arrastradas a través de los (diolkos), evitando así, la ruta marítima alrededor del Peloponeso. El dinero ganado de los diolkos permitió a Periandro suprimir los impuestos en todo Corinto. Sin embargo, el mismo personaje fue considerado, más adelante, como el tirano malvado y Periandro comprendió que debía eliminar a los aristócratas, como los Baquiadas que podían amenazar su poder. Se apoyó sobre la plebe contra la nobleza y emprendió represiones violentas.
Su hijo Licofrón descubrió que su padre era el asesino, por eso Periandro decidió desterrarlo de Corinto, emitiendo, al la vez, una orden a todos sus colaboradores, en la que les prohibía que le dieran amparo. Periandro intentó más adelante reconciliarse con su hijo, pero éste rehusó volver a menos que su padre abdicase y su hijo aceptó regresar a Corinto a condición de que se fuese a ocuparse de la colonia sin embargo, los habitantes de Corcira asesinaron a Licofrón.

Pensamientos:

El estudio se dirige a todas las cosas.

Es bueno el descanso.

Es peligrosa la temeridad.

La ganancia deshonrosa es una mancha contra nuestra naturaleza.

Prefiero la democracia a la tiranía.

Los placeres son mortales, las virtudes inmortales.

Se mesurado cuando te toque ser feliz, pero en la adversidad obra con prudencia.

Es mejor morir ahorrativo que vivir necesitado.

Muéstrate digno de tus progenitores.

Trata de que en vida te alaben, y muerto juzguen que fuiste feliz.

Sé siempre el mismo tanto para tus amigos felices como para los desdichados.

Falta a los compromisos que has contraído forzado.

No divulgues las conversaciones secretas.

Reprocha pensando que de aquí a poco serás el amigo de a quienes reprochas.

Aliméntate de leyes antiguas y de comida fresca.

No solo castiga a los culpables: impídeles que cometan nuevas faltas.

Esconde tus desgracias para que no se alegren tus enemigos.

No hagas nada por dinero.

Pitaco de Mitilene



Pitaco de Mitilene: fue un hombre de estado griego (h. 650 a. C.) que gobernó en Mitilene , Lesbos, conjuntamente con el tirano Mirsilo. Pitaco intentó mediatizar y debilitar el poder de la nobleza, y ejerció el poder apoyándose en las clases populares.
Pitaco era de origen noble y fue un estadista griego que gobernó en Mitilene (Lesbos) por 10 años. Era famoso por su espíritu de justicia, de prudencia y honestidad regalando hasta la libertad al asesino de su hijo basándose en que ‘’es mejor perdonar que arrepentirse’’. La variedad de reglas legislativas es prueba de sus grandes habilidades políticas entre las cuales existía la que dictaba sentencia doble para cada falta conducida por embriaguez.

Algunas de sus frases son:

Aprende a discernir el momento oportuno.

No cuentes tus proyectos, porque si fracasas se reirán de tí.

Ten amigos

No hagas nunca lo que reprochas a los demás.

No reprendas al desgraciado porque es entonces cuando interviene la venganza divina.

Devuelve lo que se te ha confiado.

Tolera los pequeños inconvenientes que los demás te infligen.

Ama a tu prójimo, aún cuando le seas levemente inferior.

No hables mal del amigo ni bien del enemigo: es señal de falta de reflexión.

¡ Cuánto beneficia discernir lo que ocurrirá ! El pasado es firme, el futuro incierto.

La tierra es segura, el mar no.

La ganancia no se sacia.

Gana en honestidad.

Trata de ser respetuoso.

Ama la instrucción, la moderación, la prudencia, la verdad, la buena fé, la experiencia, la habilidad, la compañía de otro, la exactitud, el aplicarse al cuidado de la casa, el arte, la piedad.

Solón de Atenas

Solón (c. 638 adC558 adC) fue un famoso legislador ateniense, considerado uno de los precursores de la democracia en Atenas. Fue hijo de Execestides, comerciante rico cuya generosidad con los demás le hizo perder gran parte de su fortuna. Se inició como comerciante internacional, y sus habilidades poéticas hicieron que fuera considerado uno de los Siete sabios de Grecia. fue nombrado arconte del Ática, con el propósito de controlar el desorden civil rampante en esa ciudad, producto de las leyes draconianas y la esclavitud de muchos campesinos por deudas.
Introdujo un conjunto de reglamentos, seisachtheia, que fueron muy útiles para mejorar las condiciones
Sus reglamentos tuvieron tal éxito que se le encomendó la tarea de reescribir la constitución. El Consejo de los Cuatrocientos (Bulé) y el Areópago fueron establecidos como los principales cuerpos consultivos y administrativos. Anuló todas las deudas que pesaban sobre los campesinos humildes y decretó que todos los esclavos por deudas fueran liberados; remodeló el calendario, y reguló los pesos y medidas.

Las frases más conocidas de este sabio:

Nada en exceso.

No te pongas en juez, serás odiado por los que has hecho condenar.

Huye del placer que da tristeza.

Sé escrupulosamente honesto en tu conducta: vale más que la palabra dada.

Sella tus palabras con el silencio, y el silencio con tu actitud.

No mientas: di la verdad.

No consagres tu vida sino a lo que es honesto.

Que tus palabras no sean más justas de lo que fueron las de tus padres.

No te apresures a tener amigos; pero cuando los tengas no los rechaces después de probados

Cuando hayas aprendido a obedecer, sabrás mandar.

Si crees que es bueno que los demás te rindan cuentas, acepta que tú también las tengas que rendir.

A tus conciudadanos aconséjales no lo que es agradable, sin lo que es mejor.

No te muestres insolente.

No frecuentes a los malvados.

Consulta a los dioses.

Respeta a tus amigos

Honra a tus padres.

Que la razón sea siempre la que te guíe.

No cuentes todo lo que han visto tus ojos.

Sea lo que fuere lo que sabes, acepta callar.

Sé dulce con los tuyos.

Conjetura lo invisible por lo que se ve.

Tales de Mileto


Tales de Mileto (h. 639 ó 624 - h. 547/6 a.C.) fue el iniciador de la indagación racional sobre el universo, por lo cual se le considera el primer filósofo. Fue también uno de los Siete Sabios de Grecia y tuvo como discípulo y protegido a Pitágoras.

Nació en la ciudad jónica de Mileto a orillas del mar Egeo, hijo de Examio y de Cleobulina. Sus principales pasiones eran las matemáticas, la astronomía y la política.
Antes de Tales, los griegos explicaban el origen y naturaleza del cosmos con mitos de héroes y dioses antropomórficos. En contraste, Tales argumentaba que el agua es el origen y esencia de todas las cosas en, quizás, la primera explicación significativa del mundo físico sin hacer referencia explícita a lo sobrenatural. Sabía que la Tierra es una esfera y la Luna refleja la luz del Sol.
Fue educado en mitología egipcia, astronomía y matemática y sobre otras culturas exentas de las tradiciones homéricas de Grecia. Por este motivo, su pensamiento no se derivó exclusivamente de la mitología griega sino que tiene ciertas reminiscencias de Egipto. La idea de que la tierra flota sobre el agua podría haberse desprendido de ciertas ideas cosmogónicas del Oriente próximo, lo mismo que la idea del agua como principio de todas las cosas.

Frases


Haz promesas: la falta no está lejos.

Acuérdate de tus amigos, tanto presentes como ausentes.

No adornes tu exterior: tu froma de vivir es lo que te embellece.

No atesores deshonestidad.

Cuídate que aquellos a quienes te liga un juramento no te odien por tu locuacidad .

No titubees en alabar al autor de tus dias.

Rechaza todo lo que sea deshonesto.

La dedicación que hayas otorgado a tus padres, espera recibirla de tus hijos cuando seas viejo.

Es difícil saber lo que es bueno

La mayor satisfacción es obtener lo que se desea.

La ociosidad es penosa.

La intemperancia es un mal

La ignorancia es un fardo muy pesado

Aprende y enseña lo que es mejor.

No te entregues a la ociosidad aún siendo rico.

Esconde tu felicidad, no provoques envidia.

Haz de manera que no atraigas compasión

Demuéstrate mesurado.

Guárdate de otorgar tu confianza a todos por igual.

Antes de mandar, primero aprende a gobernarte a tí mismo.
.
Tales de Mileto:

Teorema
Este es el sabio que tiene un teorema: el Teorema de Tales.
Sean dos rectas (d) y (d') orientadas y concurrentes en un punto O. Sean A y A' dos puntos de (d), y B y B' dos puntos de (d'). Entonces:

Es decir, que la igualdad de los cocientes equivale al paralelismo. Este teorema establece así una relación entre el álgebra y la geometría.
La primera figura corresponde a medidas algebraicas positivas - los vectores OA, OA', OB y OB' tienen la misma orientación que la rectas (d) y (d'), y la segunda a cocientes negativos.
Si se aplica el teorema, tenemos además otra consecuencia: si se orienta de la misma manera las dos rectas paralelas (AB) y (A'B'), es decir con el mismo vector, entonces el tercer cociente (de medidas algebraicas): A'B' / AB es igual a los dos anteriores.
Tales de Mileto: Teorema
Sea C un punto de la circunferencia de diámetro [AB], distinto de A y de B. Entonces el ángulo ACB es recto.
Este teorema es un caso particular de una propiedad de los puntos cocíclicos.
Prueba: OA = OB = OC = r, radio del círculo. Por lo tanto OAC y OBC son isósceles. La suma de los ángulos del triángulo ABC vale 2α + 2β = π (radianes). Dividiendo por dos, se obtiene (o 90º). Además dice que la bisectriz de un triángulo corta al lado opuesto del ángulo con la bisectriz en dos segmentos proporcionales
Hipotenusa (al cuadrado) = C(Al cuadrado) + C(Al cuadrado)

Los siete sabios de Grecia eran conocidos –en Grecia, claro- además de por sabios, que lo eran, por lo que de práctico tenía su sabiduría. Y es que además de ser tiranos, políticos, estadistas, legisladores y reformadores sociales eran, por si fuera poco, famosos por sus aforismos y sentencias, es decir por sus frases estudiadas y meditadas con las que pretendían guiar la conducta de los hombres.A los siete sabios se les suponía una gran sabiduría porque para eso eran sabios. Y todos en su época decían que se les recordaría perpetuamente, aunque solamente uno de ellos, Tales de Mileto que además era el único matemático de los siete, ha pasado a la posteridad para que sigamos recordando y estudiando su obra como muestra de que las matemáticas son inmortales (de Mileto).A Tales de Mileto la Historia le impuso la injusticia del orden alfabético al confeccionar la lista que incluía a los siete sabios. El tiempo ha demostrado que la lista se ha invertido pasando el último a ser el primero en el respeto y la admiración de los humanos que le hemos seguido desde entonces hasta ahora. Así la lista que ha llegado a nosotros a través de los siglos, con el injusto orden alfabético mencionado, es la siguiente:


Bias de Priene: Eminente político griego y famoso legislador.
Cleóbulo de Lindos: Tirano de Lindos, en la isla de Rodas.
Periandro de Corinto: Tirano, como su nombre indica, de Corinto, isla famosa por sus pasas. Se dice de él que reglamentó y humanizó el régimen de trabajo de los esclavos. Bajo su mandato Corinto conoció una duradera prosperidad.
Pitaco de Mitilene: Estadista que intentó restringir el poder de la nobleza dando más protagonismo a las clases populares.
Quilón de Esparta: Político que militarizó la vida civil de los espartanos dando a la juventud una educación castrense.
Solón de Atenas: Legislador y reformador social.Tales de Mileto: Matemático, filósofo, geómetra, ingeniero y político dotado de una gran sabiduría práctica y poseedor de una ingente cantidad de conocimientos.
Aquel día Tales de Mileto estaba especialmente feliz. Habían elegido una de sus sentencias para grabarla en el frontón del templo de Apolo en Delfos. Y allí estaba Tales viendo como los escultores retiraban los andamios después de dejar grabada para la posteridad su sentencia: “Conócete a ti mismo”.Tales había invitado a la inauguración de la sentencia a sus colegas sabios y allí estaban todos menos Solón de Atenas y Bias de Priene. Y cuando se estaban preguntando qué podría haberles pasado aparecieron jadeando colina arriba hasta llegar a la puerta del templo donde los otros cinco le esperaban.-Pero bueno, queridos colegas, ¿Qué os ha pasado que venís tan agitados?-Casi nada –contestó Solón- que yo, mucha fama de sabio y Bias me engaña como a un cretense, que todavía no podemos decir como a un chino ya que aún no sabemos que existe China.-¿Qué te ha pasado? –preguntó Tales.-Explícamelo tú, que para eso eres matemático: Bias y yo teníamos que recorrer una distancia de 50 kilómetros. Teníamos un caballo que marchaba a 10 km/h pero sólo podía llevar a uno. -Pues vaya caballo –dijo Tales, sonriendo.-Sí, qué le vamos a hacer, pero no teníamos otro. Pues bien, yo caminaba a razón de 5 km/h y Bias a 8 km/h. -¿Y eso? –preguntó Cleóbulo de Lindos.-Es que Bías es más joven que yo –contestó Solón- Así que, decidimos turnarnos andando y cabalgando. Cada uno ataba el caballo a un árbol tras su cabalgada, para que lo recogiera el otro, y continuaba a pie. De esta forma llegamos a la mitad del camino al mismo tiempo y descansamos media hora. Después repetimos la misma combinación para llegar simultáneamente al final del trayecto. Y como estoy hecho un lío, pregunto: ¿A qué hora hemos llegado a nuestro destino si salimos a las 6 de la mañana? O sea, ¿qué hora es? –preguntó Solón después de plantear el problema.Todos iban a consultar sus relojes de arena de bolsillo, menos Pitaco de Mitilene que lo llevaba sujeto a la muñeca con una correa de cuero convencido de que era un invento con futuro, cuando Tales exclamó:-¡No! ¡Quietos! Ya que sois tan sabios, ¿Por qué no intentáis resolver la historia como un problema?-Hombre, porque yo, por ejemplo, soy más tirano y sabio que matemático, y a mí los cálculos, la verdad… -reconoció Periandro de Corinto, y añadió- Pero, en cambio, ayer se me ocurrió una sentencia agudísima, escuchad: “Los placeres son mortales, las virtudes inmortales”.-¿Y a qué viene eso? –preguntó Bías de Priene, aún agotado por el cansancio de la caminata.-No, si yo era para que vierais que, a pesar de que no se me den bien las matemáticas, también quiero que se me considere sabio.-Pues a mí se me acaba de ocurrir otra sentencia –dijo Cleóbulo de Lindos- escuchad: “Ocupémonos de comportarnos bien con el cuerpo y con el alma”.-Pues a mí se me ha ocurrido otra… -empezó a decir Solón.-Y a mí otra… -dijo Quilón.-Y a mí… -gritó Pitaco.-Y a mí… -exclamó Bías.-¡Un momento, por favor!Todos se volvieron al escuchar la llamada de atención del extraño que, saliendo del templo, se dirigía sonriente al grupo.-Soy Quinótides, profesor de geometría y estoy atascado en un problema. Así que me he dicho: si estos señores son los siete sabios de Grecia pues bien me podrían echar una mano. Así que ahí va el enunciado del problema que me tiene loco: “Dadas dos circunferencias concéntricas trazamos una tangente a la interior que cortará a la exterior en 2 puntos. La distancia entre cualquiera de estos puntos y el punto de tangencia es 1 m. ¿Puedes hallar el área de la corona circular que determinan las dos circunferencias?” -Bueno, es facilísimo –dijo Cleóbulo.-Realmente sencillo –añadió Solón.-Pero fácil, fácil –indicó Quilón.-Una tontería –observó Bías.-Muy simple –aseguró Pitaco.-Elemental, elemental –señaló, muy pedante, Periandro.-Muy bien –dijo el profesor de geometría, y preguntó: -Pero, ¿cual es la solución?-Bueno, yo es que ahora no tengo tiempo porque estoy puliendo una sentencia preciosa –se disculpó Quilón, a ver si os gusta: “Que tu lengua no se adelante a tu razón”. Y se despidió de Tales para bajar hacia el centro de Delfos mientras disimulaba fingiendo estar abstraído en la elaboración de una nueva sentencia.Los demás, al ver como su compañero se quitaba el problema de en medio le siguieron fingiendo estar ocupadísimos en pensar sentencias que era a lo que se dedicaban, fundamentalmente, todos los sabios menos Tales.-“Si eres adolescente aplícate en la acción, si eres anciano en la sabiduría” –¿a que está bien esta sentencia? –le preguntó Bías a Periandro dándole un codazo.-Sí, pero la mía es mejor –dijo Pitaco- escuchad: “No cuentes tus proyectos, porque si fracasas se reirán de ti”.-Y que me decís de esta: “Cuando hayas aprendido a obedecer, sabrás mandar” –dijo Solón.-Pues anda que esta: “En las ocasiones buenas no seas orgulloso y en las malas no te humilles” –dijo Cleóbulo mirando hacia atrás para ver la cara de estupor del profesor de geometría.-Y además “Sé previsor en todas las cosas”, así que ya sabes “Es mejor morir con dinero ahorrado que vivir necesitado” –añadió Periandro.-¡Eh, un momento! Eso no vale. No se pueden decir las sentencias de dos en dos -saltó Solón.-¿Y por qué no?-Pues… no lo sé; pero en Atenas somos muy sentenciosos y no presumimos de ello. Yo tengo un montón de sentencias que pasarán a la Historia y no voy por ahí diciéndolas de dos en dos.-Más tengo yo y tampoco voy presumiendo de ellas. Tengo patentadas lo menos 200 sentencias –dijo Pitaco.-¡Y yo 300! –exclamó Bías.Y así, discutiendo quién era el que más sentencias había creado llegaron al mesón en el que habían quedado para celebrar la sentencia de su colega Tales de Mileto, recién grabada en el frontón del templo. Y allí seguían discutiendo y gritando “Y yo más, y yo más” cuando entraron Tales y Quinótides contentos de haber resuelto el problema de las dos circunferencias concéntricas.-¿Qué tal, mis queridos colegas? Ya veo que seguís dándole vueltas a sentencias y apotegmas pero yo me pregunto, ¿no tenéis curiosidad por saber el resultado del problema de las dos circunferencias? Pues vais a tener vuestro justo castigo. Escuchad: las autoridades de Delfos, para festejar la grabación de mi sentencia en el templo de Apolo nos invitaban a éste ágape. Y he dicho “nos invitaban” porque les he propuesto que donen el dinero para que erijan un estatua al auriga vencedor de la próxima carrera de caballos que espero que sea más rápidos que el de Solón y Bías. Seguro que esta escultura se hará famosísima y se la conocerá como “El auriga de Delfos”.-¿Y quién pagará el ágape? –preguntaron los seis sabios al unísono.-El último en resolver este problema, tomad nota e intentad resolverlo por separado: “Tales intercambió los dígitos de un número de 3 cifras de modo que ningún dígito quedó en su posición original. Después restó el número viejo menos el número nuevo y el resultado fue un número de 2 cifras que es cuadrado perfecto. Hallar todos los resultados que pudo obtener Tales”.-Pero… -iba a pretextar Cleóbulo.-Pero nada. Mucha sentencia mucha sentencia y no eres digno de ellas. Vamos a ver, Cleóbulo, tú mucho decir “La moderación es la cosa mejor” y eres un inmoderado que abusa de la comida y la bebida y de otros placeres que el decoro me impide nombrar. Y tú no te rías, Solón ya que predicas que “Nada en demasía” y estoy viendo que se te ha ido la mano en el vino. Y tú lo mismo Quilón, que mucho decir “Cuando bebas guárdate de hablar mucho, pues cometerás faltas” y veo la jarra de tinto que ya está vacía a tu lado. Y tú, Pitaco, mucho decir que “Devuelve lo que se te haya confiado” y aún me debes 80 monedas de plata desde hace dos años. Y a ver si prestas atención, Bías, que tu sentencia preferida es “Se un oyente complaciente” y no nos estás haciendo ni caso. Y no digamos Periandro que de tanto repetir “El descanso es cosa buena” no pega golpe en casa, que me lo ha dicho su mujer. Así que, calladitos y a trabajar. Vamos.Tales dio dos sonoras palmadas como punto final a su largo y acusador parlamento y sirvió dos copas de vino para él y para su amigo Quinótides, mientras observaba cómo sus colegas, avergonzados, empezaban a hacer sus cálculos aterrados ante la posibilidad de tener que pagar la cuenta que seguro que como en el problema, ascendería a un número de tres cifras.-Está bien esto de las sentencias –dijo el profesor de geometría.-Ya lo creo. Además, mis seis amigos sabios y yo estamos muy contentos ya que a finales del siglo IV a. de C., más o menos, Demetrio de Fáleros, que será discípulo de mi discípulo Aristóteles, recogerá todas nuestras sentencias para que pasen a la posteridad y se puedan leer hasta por Internet.-¿Y en qué trabajas ahora, querido maestro?-Pues acabo de determinar el número exacto de días que tiene un año y un método infalible para que los marinos se guíen a través de la Osa Mayor.-¡Qué maravilla! –exclamó Quinótides.-Pues eso no es nada; ahora estoy muy entretenido con sacar adelante un teorema que se llamará, por supuesto, El Teorema de Tales, que para eso lo estoy inventando yo. Es que aquí hay que ponerle tu nombre a todo, que luego cualquiera de estos –y señaló a sus seis colegas que se devanaban los sesos tratando de resolver el problema- se lo adjudica. Aunque mi problema mayor es el agua ya que “El principio original de todas las cosas es el agua, de la que todo procede y a la que todo vuelve”. Y el mesonero que nos ha servido este vino debe de estar de acuerdo con este principio, porque tienes que reconocer que está bautizado en exceso. Así que vamos a otro mesón a ver si encontramos mejor vino y a lo mejor, con suerte, mejores sabios.Y Tales y Quinótides salieron del mesón dejando a los seis sabios enfrascados, y no como el vino, precisamente, en otra discusión ya que ninguno avanzaba en la resolución del problema del número de tres cifras.

Nota: Demetrio de Fáleros cuenta también que ninguno de los seis sabios logró resolver el problema, así que, maldiciendo a Tales, decidieron pagar la cuenta del ágape a escote.

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