En medio de la confusión de los primeros días de la gran guerra, Rodin, al ver que su vida y patrimonio peligraban, le dijo a una de las tantas personas que se disputaban con mal disimulada ambición el papel de asistirlo: "No me pertenezco, pertenezco al Estado de Francia". Es excepcional entre los grandes artistas de la segunda mitad del siglo XIX haber sido reconocidos en vida. En el caso de Rodin esta consagración tan grandiosa oculta, de alguna forma, la realidad bastante más opaca de sus primeros esfuerzos. Es cierto que la escultura, como observó Robert Hughes, imponía al artista del siglo XIX más dificultades que otras expresiones artísticas, pues no era llegar y armar un taller de escultura o esculpir un monumento a la República e instalarlo en una plaza, pero la historia de Rodin, como "hombre más grande que la vida", "fuerza de la naturaleza" o "la mano de dios", arrancó mucho más lento de lo que suele pen
Mentes Irreverentes es un blog para recordar a quienes no creyeron en los limites y nos regalaron un mundo diferente gracias a que se atrevieron a pensar diferente, a buscar otras opticas, a sentir diferente y a no seguir el camino facil.