Jesus no vino al mundo de "los cielos".
Vino del propio fondo de las almas;
de donde anida el yo: de las regiones
internas del Espiritu.
¿Por que buscarle encima de las nubes?
Las nubes no son el trono de los dioses.
¿Por que buscarle en los candentes astros?
Llamas son como el Sol que nos alumbra,
orbes, de gases inflamados... Llamas
nomas. ¿Por que buscarle en los planetas?
Globos son como el nuestro, iluminados
por una estrella en cuyo torno giran.
Jesus vino de donde
vienen los pensamientos mas profundos
y el mas remoto instinto.
No descendio: emergio del oceano
sin fin del subconsciente;
volvio a el, y ahi esta¡, sereno y puro.
Era y es un aun. El que se adentra
osado en el abismo
sin playas de si mismo,
con la luz del amor, ese le encuentra.
Si tu me dices: "¡Ven!"
Si tu me dices: "¡Ven!", lo dejo todo...
No volvere siquiera la mirada
para mirar a la mujer amada...
Pero dimelo fuerte, de tal modo
que tu voz, como toque de llamada,
vibre hasta en el mas intimo recodo
del ser, levante el alma de su lodo
y hiera el corazon como una espada.
Si tu me dices: "¡Ven!", todo lo dejo...
Llegaria tu santuario casi viejo,
y al fulgor de la luz crepuscular;
mas he de compensarte mi retardo,
difundiendome, ¡oh, Cristo!, como un nardo
de perfume sutil, ante tu altar.
Si una espina me hiere...
Si una espina me hiere, me aparto de la espina,
...¡pero no la aborrezco! Cuando la mezquindad
envidiosa en me clava los dardos de su inquina,
esquivase en silencio mi planta, y se encamina hacia mi puro
ambiente de amor y caridad.
¿Rencores? ¡De que sirven!¡
¿Que logran los rencores?
Ni restauran heridas, ni corrigen el mal.
Mi rosal tiene apenas tiempo para dar flores,
y no prodiga savias en pinchos punzadores:
si pasa mi enemigo cerca de mi rosal,
se llevaria¡ las rosas de mas sutil esencia;
y si notare en ellas algun rojo vivaz,
seria el de aquella sangre que su malevolencia
de ayer vertia, al herirme con encono y violencia,
y que el rosal devuelve, ¡trocado en flor de paz!
Via, Veritas Et Vita
de Amado Nervo
Ver en todas las cosasde un espíritu incógnito las huellas;contemplarsin cesaren las diáfanas noche misteriosas,la santa desnudez de las estrellas...¡Esperar!¡Esperar!¿Qué? ¡Quién sabe! Tal vez una futuray no soñada paz... Sereno y fuerte,correr esa aventurasublime y portentosa de la muerte.Mientras, amarlo todo, y no amar nada,sonreír cuando hay sol y cuando hay brumas;cuidar de que en el áspera jornadano se atrofien las alas, ni oleadade cieno vil ensucie nuestras plumas.Alma: tal es la orientación mejor,tal es el instintivo derroteroque nos muestra un lucerointerior.Aunque nada sepamos del destino,la noche a no temerlo nos convida.Su alfabeto de luz, claro y divino,nos dice:
«Ven a mí: soy el Camino,la Verdad y la Vida».
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